sábado, 9 de julio de 2022

Capacidad de carga turística: errores de una moción de Podemos

En el Pleno Extraordinario del Cabildo de Tenerife celebrado este jueves 7 de julio se debatió y rechazó una moción presentada por el grupo Sí Podemos Canarias en favor de la reorientación del modelo turístico y de una iniciativa legislativa para una moratoria turística en Tenerife. En la Exposición de Motivos se incorpora una larga cita de la Memoria del Plan Territorial Especial de Ordenación Turística de Tenerife (PTEOTT) en la que se hace referencia a la preocupación por aquellas fechas sobre el exceso de oferta alojativa turística de la Isla y la necesidad de determinar “los límites y la capacidad de carga que no han de ser superados para no poner en peligro el bienestar colectivo” (recuérdese que el PTEOTT se formuló y aprobó en cumplimiento de las Directrices de Turismo y en el marco de la moratoria turística acordada inicialmente en 2001). Luego, apunta una serie de disposiciones normativas (fundamentalmente de las Directrices de Turismo, pero también de las Leyes del Suelo y de Renovación Turística) para destacar –a mi juicio insuficientemente, como luego argumentaré– que el Cabildo debe determinar la capacidad de carga turística de Tenerife. Por último, la moción asume que esta capacidad de carga de la Isla está más que sobrepasada por la realidad y lo motiva en dos datos cuantitativos que se presentan erróneamente. 
 
El primero de estos datos proviene del ISTAC y no es otro que la suma de los residentes en Tenerife (927.993 habitantes en 2021) más los turistas que nos habían visitado a fecha de abril de 2022 (514.154); la cifra resultante (1.442.147) debe parecerle a la autora de la moción suficientemente expresiva por sí sola de un presión turística excesiva. Naturalmente, un valor absoluto dice muy poco en sí mismo y para valorarlo es necesario relacionarlo con otros indicadores. Pero, al margen de la discusión de fondo, lo que es obvio –como enseguida lo pusieron de manifiesto representantes de otros grupos políticos– es que no se pueden sumar todos los turistas que han llegado durante 4 meses a los residentes. Estos últimos están todo el tiempo en la Isla mientras que los primeros una media de una semana. Por tanto, los 514.154 turistas que han venido durante las 17 primeras semanas del año equivalen a una presión media constante de 30.244 turistas (apenas el 3,25% de la población), poniendo en entredicho el argumento hiperbólico de la moción. 
 
Pero es que, además, las cifras de turistas son erróneas o, mejor dicho, la moción no sabe qué es lo que contabiliza el dato. Según los datos del propio Cabildo (en mi opinión los más fiables para la contabilidad del turismo receptivo en la Isla), durante 2022 hasta el mes de abril se alojaron en Tenerife 1.337.071 visitantes que se corresponden con 8.918.852 pernoctaciones. Suponiendo una distribución constante de las pernoctaciones (la estacionalidad en Tenerife es mínima), la cifra anterior supone que durante los 120 días de este año ha habido en la Isla una media de 74.324 turistas cada día. Se trata de una cantidad muy similar a la acumulada para abril de 2020 (muy superior obviamente a la de 2021 en plena pandemia) pero todavía bastante inferior a la de 2019 (117.709). Conviene apuntar brevemente algunos factores significativos del comportamiento reciente de los indicadores turísticos. El primero, que la estancia media acumulada en abril de 2022 ha bajado respecto de la de abril de 2019 (6,67 frente a 7,15 noches); el segundo, que durante los primeros cuatro meses de este año no se ha llegado aún a alcanzar los valores medios de ocupación de los establecimientos alojativos de 2019 (63,7% frente al 66,9%); el tercero, que las plazas alojativas ofertadas en abril de 2022 están todavía por debajo de las que se alcanzaron al final de 2019 (124.702 frente a unas 178.000). 
 
Los datos anteriores permiten concluir que la situación del turismo receptivo en Tenerife no puede calificarse de estable, no se ha recuperado aún de los efectos de la pandemia. Cabe suponer que la demanda no ha llegado a los niveles “normales” de afluencia ni tampoco la oferta alojativa está disponible al 100% de su capacidad. Si suponemos que a lo largo de este año se recuperan los indicadores de finales de 2019, aún bajando muy ligeramente la estancia media (7 noches) y el porcentaje de ocupación (65%) me parece razonable estimar que Tenerife podría recibir unos 6.100.000 turistas anuales (cifra parecida a la de 2019) equivalentes a 117.000 turistas diarios sobre el territorio insular. Esta cifra se corresponde a la capacidad alojativa actual (hotelera y extrahotelera) que puede estimarse en torno a las 180.000 plazas. Mejores índices de ocupación de los establecimientos podrían incrementar el número de turistas hasta unos 7 millones al año (unos 134.000 sobre el territorio) que, a mi juicio, es el tope máximo con la oferta alojativa actual. Estamos pues hablando de 1 turista cada 8 habitantes (o cada 7 habitantes en el supuesto máximo) o, si se prefiere, de que la población turística (flotante) representaría el 11% de la carga demográfica total de la Isla (o el 12,6% en el supuesto máximo). Ciertamente, en ambos casos se supera el millón de personas sobre el territorio, pero no se alcanzan las cifras erróneas que dice la moción de Podemos. Lo grave de incurrir en errores numéricos tan de bulto es que pone en bandeja a los grupos opositores descalificar la moción, como efectivamente hicieron en el Pleno. 
 
Hay otro gazapo grave en la exposición de motivos de la moción, aunque de éste no parece que se percató nadie. La autora cita (fuera de contexto) un texto que proviene de un documento de julio de 2019 elaborado por LPA Studio para la Viceconsejería de Turismo del Gobierno de Canarias y denominado Estudios Previos sobre la Capacidad de Carga Turística en Canarias. Debo apuntar que, en mi opinión, ese trabajo aporta muy poco en términos prácticos para empezar a determinar las capacidades de carga turísticas en las Islas, además de acumular varios errores. Uno de ellos es, precisamente, el que recoge la moción de Podemos. En la página 27 de dicho documento se hace referencia a que la Organización Mundial del turismo (OMT) propone como ratio aceptable el situado entre 2-4 camas por cada 100 habitantes (no cita la fuente concreta). Según ese indicador, el número “aceptable” de plazas turísticas en Tenerife se situaría entre 18.600 y 37.200 y, por lo tanto, la capacidad alojativa actual estaría entre 5 y 10 veces por encima de la recomendada por la OMS; estaríamos en 19,35 camas cada 100 habitantes. Sin embargo, el estudio citado acompaña una tabla en la que asigna a Tenerife el ratio (¡en 216!) de 654 camas cada 100 habitantes; una absoluta barbaridad que equivale a más de 6 millones de plazas, error tan garrafal que descalifica gravemente ese trabajo y que dice muy poco sobre la propia moción al asumir acríticamente un dato a todas luces absurdo. 
 
Esta relación entre la capacidad alojativa de un territorio (cada Isla en nuestro caso) y la población residente, ya fue apuntada por el biólogo tinerfeño Antonio Machado Carrillo en su libro de 1990 “Ecología, medio ambiente y desarrollo turístico en Canarias”. En esas fechas –cuando en Tenerife había unas 115.000 plazas que alojaban a algo más de 2,7 millones de turistas anuales– Machado propuso una fórmula simple para determinar “el tope idóneo de desarrollo turístico de cada isla sin violentar su ecología ni el medio ambiente”: no más de una cama por cada dos habitantes locales o no más de 20 camas por km2” (nemotécnicamente 2/20). El propio autor reconocía que su fórmula era totalmente empírica, basada en su experiencia (yo diría que en su intuición) pero, al margen de su discusión más rigurosa, ha de reconocerse que fue un primer intento razonable de aproximación a la capacidad de carga turística de las Islas. Pues bien, aplicando la fórmula a Tenerife, resulta un máximo de 465.000 plazas turísticas por el factor de población local (dos veces y media las existentes) pero de solo 40.000 por superficie (4,5 veces menos de las existentes). La capacidad actual de la oferta alojativa supera el tope de Machado por el factor de la extensión territorial de la Isla ya que equivale a 90 plazas/km2; sin embargo, está muy lejos de la que el autor considera aceptable en relación a la población residente. 
 
En todo caso, la fórmula de Machado no supone más que un ejercicio de aproximación conveniente para abrir el debate, aunque apunta lo que prácticamente todos intuimos: que la capacidad alojativa turística de la Isla ha sobrepasado la capacidad de carga. Pero esta intuición (que en realidad se viene repitiendo desde hace más de treinta años) debe ser mínimamente argumentada. Dicho de otro modo: hay que determinar, de una vez por todas, la capacidad turística de la Isla (de todas las islas de Canarias). Entiendo que tal era el objetivo de la moción de Podemos y, por tanto, la moción –quizá con alguna enmienda– debería haber sido aprobada. La debilidad argumentativa y los errores numéricos a que me he referido sirvieron de excusa a todos los demás grupos políticos de la Corporación para rechazarla. Y digo excusa, porque estoy seguro de que la verdadera razón es sencillamente que no se quiere determinar la capacidad de carga turística. Pero también creo que la estrategia que siguió Podemos fue errónea. A estos aspectos me referiré en el siguiente post.

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