martes, 17 de enero de 2023

Las cifras “gruesas” del crecimiento de la oferta turística en el Sur de Tenerife

Buscando otra cosa, me topo en Internet con el diario de sesiones del parlamento de Canarias correspondiente al segundo día de la sesión plenaria dedicada al debate de investidura del candidato a presidente de gobierno, el 29 de julio de 1987. En la intervención de Jerónimo Saavedra –una dura crítica al programa de gobierno expuesto por el candidato Fernando Fernández– leo lo que sigue: “… por primera vez se puso límite y freno al crecimiento desmedido en los sectores especulativos en la pasada legislatura (durante la que él habría sido el presidente de Canarias) y ahí está el ejemplo –por citar uno– de los cinco municipios del sur de Tenerife, que solicitaban la autorización o la aprobación de la Comisión Regional de Urbanismo de 475.000 nuevas camas, y que fueron aprobadas 345.000; hay, por consiguiente, una reducción, que todavía no ha satisfecho a algún municipio …”

Me atrevo a suponer que las cifras que manejaba Saavedra no serían del todo exactas, pero démoslas como suficientemente aproximadas. De otra parte, asumamos que esos cinco municipios fueran San Miguel, Arona, Adeje, Guía de Isora y Santiago del Teide (quizás en vez de Guía fuera Granadilla, pero no es demasiado relevante). Pues bien, para esa fecha, en el Sur de Tenerife existían aproximadamente unas 55.000 plazas reales (en funcionamiento), lo cual significaría que, sumando las potenciales de los planes entonces vigentes, la capacidad alojativa del Sur de la Isla estaría en torno a 400.000 plazas. En la actualidad, el número de plazas turísticas en la zona sur –sin contar vivienda vacacional y establecimientos rurales– se estima en unas 170.000, aun cuando este dato no es absolutamente fiable. De otra parte, el número de plazas turísticas de los sectores urbanizables no desarrollados del Sur de Tenerife puede estimarse en unas 45.000.

¿Qué nos apuntan estas cifras? Pues sencillamente que todo el crecimiento de la capacidad turística del Sur de Tenerife durante los últimos treinta y cinco años (que viene a ser casi todo el crecimiento de la capacidad turística de la Isla) se concreta en plazas que con toda probabilidad ya estaban en suelos clasificados en 1987. De hecho, las 120.000 plazas que han entrado en funcionamiento desde entonces (un crecimiento altísimo, sin duda) son poco más de la tercera parte de las potenciales en esa fecha, según los datos que aportó Saavedra en el Parlamento. Pero es más: las 45.000 potenciales de los suelos urbanizables sin desarrollar apenas son un 20% de las que tenían los planes vigentes una vez descontadas las que se han ejecutado.

En resumen y para que queden claro las cifras: de las 345.000 nuevas plazas alojativas del planeamiento urbanístico de cinco municipios sureños en 1987, 120.000 se han materializado (35%), 45.000 siguen pendientes de ejecutarse (13%) y 180.000 (52%) ya no están; es decir, en estos años se han desclasificado suelos urbanizables cuya capacidad turística era más de la mitad de la total en 1987.

Quizás algunas de las plazas alojativas construidas o potenciales en la actualidad tengan su origen en suelos clasificados con posterioridad a 1987, pero puedo asegurar que serán una parte mínima del crecimiento de la oferta tinerfeña durante los últimos treinta y cinco años. Por tanto, la primera conclusión se me antoja evidente: la gran mayoría del crecimiento turístico de la Isla desde 1987 deriva de la situación urbanística vigente a esa fecha. O, dicho a la inversa, las iniciativas de planeamiento que se hayan sucedido durante los últimos treinta y cinco años apenas han incidido en el crecimiento turístico. Creo que poca gente es consciente de este hecho; muchos piensan que durante las décadas recientes se ha ido ampliando el suelo turístico de la isla mediante nuevas clasificaciones de suelo. No es verdad, la inmensa mayoría de los suelos que han venido albergando el crecimiento de la oferta turística tinerfeña ya estaban clasificados en 1987.

También me parece importante remarcar una segunda conclusión. Contra lo que se suele decir, durante los últimos treinta y cinco años lo que se ha hecho ha sido reducir el suelo con destino turístico del planeamiento. Si creemos a Saavedra (y en cifras gruesas sí me parece fiable), en la actualidad en Tenerife hemos “desclasificado” más de la mitad (en términos de capacidad) del suelo urbanizable turístico que había en 1987. Seguramente, coincido con quienes piensan que suelos urbanizables vacantes con capacidad para 45.000 nuevas plazas sigue siendo una carga excesiva para la Isla, pero piénsese que si no se hubieran adoptado varias desclasificaciones, ese número estaría en la actualidad en torno a 225.000 camas. El sobredimensionamiento viene de muy antiguo (por ejemplo, ya en 1987 los terrenos del Puertito de Adeje eran suelo urbanizable).

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